Bajo la lluvia
La lluvia caía, había un viento frío, era de mañana, de pronto la avenida solitaria se llenó de actividad; motociclistas abrían paso a los cientos de corredores que se enfrentaban a un doble reto, superar una larga y empinada subida y además el clima adverso.Poco a poco iban pasando, al principio espaciados, luego en grupos, había experimentados, bien entrenados, unos corrieron toda la subida, otros caminando en ratos.
A pesar de la lluvia seguían avanzando, había hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, algunos hasta con más de 60 años, dos que tres corrieron acompañados de su mascota o hasta de sus pequeños hijos en carriolas.
El clima no importa, haga calor o frio, viento o lluvia, no hay límite |
Notable fue un par de valientes en sillas de ruedas o los invidentes guiados por otro corredor. Aunque el agotamiento se reflejaba en sus rostros, había una cierta alegría por hacer lo que más les gustaba; el correr, pero ahora con más dificultades de las normales.
Era la carrera de la “Enchilada” de 12 kilómetros, nombrada así porque en los años ochenta, los americanos que venían a correrla llamaron “Enchilada Hill” a la pesada subida que está sobre la avenida que va del Centro a Playas, a un lado de la línea internacional.
Esa carrera se dejó de hacer por años, pero Carlos de los Ángeles la retomó en el 2012. Para el domingo pasado, se esperaban mil corredores, pero por los pronósticos de lluvia hacían que se pensara que esa cantidad disminuyera notablemente.
Muchos se preguntaban si se cancelaría el evento, pero el organizador con un grupo grande de voluntarios y familia, estaban firmes a realizarla a pesar de los pronósticos y es que había una razón muy fuerte: Carlos, el hijo del organizador y corredor de buen nivel, ante el peligro de perder la vista, necesitaba una costosa operación en los ojos y el dinero que se recaudara, seria para cubrir los gastos.
La buena respuesta de corredores de todo el estado rompió toda expectativa y más de mil con todo y lluvia se dieron cita en la salida, ahí en el Crea.
Fue Abraham Noguez del estado de México, el que se llevó el triunfo mientras que Mary Rodriguez de Tijuana, pudo repetir su victoria del 2015, pero todos los que llegaron a la meta en Playas de Tijuana, se sentían triunfadores, habían superado el reto.
Un gran evento que demostró que no hay límites para esos “locos” corredores como les llaman los que no corren. Para ellos ya no es suficiente una carrera de 5 kilómetros, o de 10 km y ya ni el medio maratón de 21 km. Ahora buscan las que tengan subidas, las de campo traviesa, las que tengan que subir cerros, con obstáculos o hasta cruzar un desierto.
El clima no importa, haga calor o frio, viento o lluvia, no hay límite. Para algunos será el agotador maratón de 42 km, pero todavía hay otros que no les satisface y se van por los “ultras” de 50 y hasta 100 kilómetros.
Sí, hay que decirlo; son admirables esos “locos” que corren.
Por: Germán Rodriguez Sr.
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