Amoroso hijo, buen esposo,
mejor padre y orgulloso abuelo.
El asesinato de Arturo Hachadur Kaloyán
Aguirre, Hacho, como pedía que lo llamaran, enluta al deporte tijuanense, en
general, no sólo al atletismo, disciplina que era su pasión, desde sus años
jóvenes.
En sus pláticas, con la prensa y con sus
amigos, siempre sacaba a colación que no era monedita de oro, refiriéndose a
que no le caía bien a todos, pero fueron más las personas que lo estimaron.
Arturo Hachadur Kaloyán Aguirre |
Hijo de Cruz Kaloyán, un exiliado armenio y
la señora Norma Aguirre, Hacho nació en Tijuana un 25 de octubre, en 1958.
Casó con la señora Karla Esquerro y de esa
unión nacieron dos hijos, Hacho y Karla, quien no hace mucho le había dado su
primer nieto al funcionario deportista, quien no perdía oportunidad de
presumirlo.
Cuando niño, platicaba Hacho, gustaba del
fútbol soccer, fútbol americano, béisbol y todos los deportes que se pudieran
jugar en un lote baldío que estaba por el rumbo del Consulado de Estados
Unidos, en la Colonia Hipódromo.
Cursó sus estudios de primaria en el Colegio
La Paz, la secundaria en el Instituto Cuauhtlatóhuac, preparatoria y
profesional en el Cetys, donde obtuvo su título de Licenciado en Administración
de Empresas.
Gustaba de prepararse y fue así como obtuvo
certificados de diplomados en ventas, mercadotecnia, Windows y administración
pública, pues siempre aspiró a ser funcionario, lo que consiguió al ser
designado director del Instituto Municipal del Deporte de Tijuana por el
ingeniero Jorge Hank Rhon, para el período 2004-2007.
Siempre buscando su superación personal,
participó en el I Congreso Internacional de Deporte y Cultura Física, estuvo en
los módulos de atletismo del Sicced, un programa federal que avala la
Secretaria de Educación Pública.
Un empresario exitoso, automotriz y
gastronómico, además de casacambista y funcionario de Multibanco Comermex,
donde llegó a ocupar el cargo de director de sucursales.
En su andar por las pistas y calles, en 1976
fue subcampeón en 800 metros del Sur de California y en 1981, el Cetys, su alma
mater, lo nombró Deportista del Año.
Desde
1974, ininterrumpidamente, participó en la Carrera de la Revolución, uno de los
clásicos del atletismo de Baja California, en la del Centro Mutualista de
Zaragoza y en la de la Asociación de Periodistas de Tijuana.
También desde 1974, hasta el 2007, estuvo en
la carrera Arturo Barrios Invitational, que se celebraba en Chula Vista y en el
período de 1993 al 2013, participó en pruebas de maratón y medio maratón.
Corrió en los maratones de Los Angeles,
Cancún, en Quintana Roo, en el sureste
mexicano, Boston, San Diego, Nueva York y Utah, logrando en alguna ocasión
negociar los 42,195 metros en menos de tres horas.
Recorrió lo poco más de 21 kilómetros en
Tijuana, Mexicali, Ensenada, Rosarito, Phoenix, Virginia, Long Beach, Mazatlán,
Puerto Vallarta y Tequila.
A raíz de que a finales de los 90´s, el Club
Suerte le dedicó una prueba de triatlón, a Hacho le nació el interés por
participar en estos eventos, hizo dos en la modalidad Sprint y uno más
Olímpico.
Se fue sin haber cumplido su deseo de
participar en un Iron Man, lo que planeaba hacer en el 2014.
El atletismo, el deporte de sus amores, lo
llevó a ser presidente de la Liga Municipal y secretario de la Asociación
Estatal de Baja California.
De 2001 al 2003 fue suplente en la Junta de
Gobierno del Instituto Municipal del Deporte de Tijuana, desde 1998 miembro del
Subcomité Sectorial del Deporte y a partir del 2003, integrante del Consejo
Municipal del Deporte.
Desde el 2003 formaba parte del Consejo
Estatal del Deporte, que avala el Instituto del Deporte y la Cultura Física de
Baja California.
Para aprovechar su vasta experiencia y
conocimientos del atletismo, Hacho fue invitado, en el 2005, a formar parte del
Salón de la Fama del Deporte de Tijuana, en el comité de selección.
Había recibido del doctor Jorge Astiazarán
Orcí, presidente municipal de Tijuana, la encomienda de estar al frente del
Instituto Municipal del Deporte de Tijuana, donde fungía como encargado de
despacho.
Esto sólo una parte de la trayectoria de
Hacho en el deporte y la función pública, que pierde a un elemento apasionado
de su trabajo, amoroso hijo, buen esposo, mejor padre y orgulloso abuelo.
Que descanse en paz Hacho.
Por: Ángel González
Fotos: Germán Rodríguez Jr.
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